10 Jul Ejercicio
Desde la mitad del siglo 20 y en la actualidad existe el consenso en la población mundial que la salud y en este caso, la “buena” salud, es el resultado de incontables horas en el gimnasio. Esta idea se ha convertido en un dogma de salud tan real que incluso el sistema escolar se ha visto en la obligación de instaurar en su curso de estudios, mayor tiempo de ejercicio físico.
La medicina hace hincapié en que hemos sido una sociedad nómada y recolectora desde nuestros primeros albores como seres humanos; incluso se llega a decir que hace dos siglos teníamos mejor salud porque éramos una sociedad poco sedentaria ya que trabajábamos la tierra.
Sin embargo, antes de penetrar al complicado mundo de la bioquímica y el porqué no es biológicamente posible obtener mayor salud destruyéndonos físicamente en un gimnasio, hagamos un simple análisis. ¿Qué animal selvático realiza ejercicio físico por simple gusto?. Nunca se ha visto en la selva a un tigre entrenando con el fin de estar apto para la caza del día siguiente. En realidad, todo animal incluido el ser humano, se mueve únicamente por razones de supervivencia, es decir para: buscar el alimento y con mucha inteligencia, para el apareamiento y para escapar de sus depredadores o peligros. Fuera de estas razones de supervivencia el animal se encuentra en reposo casi todo el tiempo.
Si analizamos esto con algo más de profundidad, debemos enfocarnos en la única organela la mitocondria (e.g. componente de una célula), que permite transformar fuentes de energía potencial en energía cinética (i.e. movimiento) especialmente en el tejido muscular , cambio que debe ocurrir en segundos durante un esfuerzo físico.
En general la energía requerida para realizar todas las actividades de nuestro cuerpo se deriva de la ruptura de las uniones de fosfato de una sola molécula, el ATP o adenosin tri-fosfato, graficado de la siguiente forma.
- Adenosina PO3 PO3 PO3 (Adenosin Tri-Fosfato)
En la actividad el cuerpo puede transformar el ATP en ADP o adenosin di-fosfato y hasta AMP o adenosin monofosfato.
- Adenosina PO3 PO3 (Adenosin Di-fosfato)
- Adenosina PO3 (Adenosin Mono-Fosfato)
Con cada ruptura del radical fosfato se obtienen 7300 calorías de energía para provocar la actividad contráctil del tejido muscular, dando fuerza máxima muscular por un periodo de únicamente 3 segundos, en el atleta bien entrando. Es decir este energía es suficiente para poder correr 50 metros.
Sin embargo, dentro de las mitocondrias que forman parte especial del tejido muscular su predilección para la obtención de energía rápida es el Sistema Energético del Fosgeno; extraen energía al romper una molécula llamada fosfocreatina y descomponerla en creatina y fosfato. Este mecanismo pone a disposición 10,300 cal/mol lo cual puede traducirse como un numero elevado, pero en realidad este valor implica una fuerza contráctil muscular para un máximo de 8-10 segundos, lo suficiente para correr 100 metros en un persona entrenada.
Por si esto fuera poco, una vez que el sistema del fosgeno se agota, el musculo puede extraer todavía mas energía a partir de sus propias reservas de glucosa en forma de glicógeno; este proceso se conoce con el nombre de Glicolisis y en el tejido muscular ocurre sin necesidad del oxigeno o en condiciones anaeróbicas.
Normalmente durante la glicolisis una molécula de glucosa se rompe para formar dos moléculas de ácido pirúvico que darán lugar a cuatro (4) moléculas de ATP. Cuando no hay oxigeno, como en el momento del ejercicio donde la energía es requerida de manera inmediata, el ácido pirúvico se convierte en ácido láctico (que por cierto es toxico y muy doloroso) el cual se difumina al tejido circundante de la célula muscular. El ácido láctico forma 2.5 veces mas ATP y en la mitad de tiempo que el sistema del fosgeno dando lugar de 1.3 a 1.6 minutos de máxima actividad muscular pero con menor fuerza, es decir fuerza suficiente para correr 500 metros.
Recapitulemos, la energía para el ejercicio en un atleta entrenado se obtiene de la siguiente manera:
- Ruptura básica del ATP 3 segundos (50 mts de carrera)
- Sistema de Fosgeno 8-10 segundos (100 mts de carrera)
- Glicógeno / Ácido láctico 1.3 – 1.6 minutos (500 mts de carrera)
Con este conocimiento básico sobre la transformación de la energía sería absurdo pedir a una persona que realice esfuerzos físicos de 30 minutos o peor aún, de una hora o más. El músculo solo tiene energía suficiente para salvaguardar la vida, es decir lo suficiente para salir corriendo y escapar del ataque de un depredador. Entonces ¿como es posible que existan atletas que corren durante horas, incluso días sin fallecer en el intento?. Para explicar esta interesante actividad moderna, que no tiene cabida en el instinto animal (e.g solo el ser humano se mueve sin tener porque), los libros de fisiología se sustentan en indicar que durante un esfuerzo físico sostenido (i.e. no refieren que cuantía de tiempo) el cuerpo utiliza las reservas de energía potencial en forma de grasa puestas a recaudo en el tejido adiposo o graso.
Hasta este momento esta explicación se puede obtener de cualquier libro de fisiología, y sin embargo hasta aquí ningún estudiante de medicina pierde su cordura, cuando debería. Imaginarse que solo tenemos energía para 1.6 minutos como máximo y esto únicamente en el atleta entrenado. Al conocer esto, sería imposible e inhumano pedir a un paciente que realice esfuerzos físicos de 30 minutos o incluso de una hora. Entonces ¿porque sigue el médico indicando deporte a sus pacientes?, la respuesta es simple, porque dicen los libros de fisiología que una vez que estos sistemas de energía se agotan, el cuerpo de manera automática comenzará a utilizar la energía potencial puesta en reserva dentro del tejido adiposo o tejido graso. Todo esto dicen los textos de fisiología, empleando los ácidos grasos.
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